miércoles, 18 de noviembre de 2015



EL RENACENTISTA DEL SIGLO XXMARISA OROPESA

 

ERA EL AÑO 1913. Francis Picabia viajaba desde París hasta Nueva York, ciudad que años más tarde sustituiría en su puesto de capital mundial del arte a la ciudad de la luz. Su viaje se debió a que el 17 de febrero se había inaugurado el "International Exhibition of Modern Art" -más conocido hoy en día como el "Armory Show"- que se clausuró el 15 de marzo. La gran exposición se celebraba en la Armería del 69 Regimiento de Nueva York y supuso un antes y un después para la historia del arte norteamericana.

Mientras el realismo inundaba las paredes de los museos de los Estados Unidos, el Armory Show supuso un punto de inflexión introduciendo nuevos estilos y dejando ver las últimas tendencias que ya dominaban el panorama artístico en el viejo continente. En esta exposición había más de mil seiscientas obras de artistas europeos; sin embargo, el único que acudió en persona fue Picabia. El artista franco cubano era para los americanos la clara representación de la vanguardia.

Una obra en especial, titulada Desnudo bajando una escalera, fue la protagonista del Armory Show, y el francés Marcel Duchamp era su autor. La obra fue criticada hasta la saciedad, tanto que el propio presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, se pronunció refiriéndose al arte moderno y sentenciando: "That's not art!". A pesar de que en los periódicos se burlaban de Duchamp y satirizaban el arte moderno, muchos neoyorquinos vieron que esa gran exposición de 1913 era mucho más que una feria de arte con las últimas tendencias europeas. De este modo, el Armory Show de 1913 fue el revulsivo necesario para romper las reglas hasta entonces establecidas con conceptos estéticos que se habían quedado anticuados y obsoletos.

Marcel Duchamp, amigo inseparable de Picabia, viajó dos años más tarde a Nueva York precedido por el escándalo que había causado su obra.

Los dos, Picabia y Duchamp, encontraron en la ciudad de los rascacielos un mundo nuevo lleno de posibilidades donde desarrollar todas sus inquietudes artísticas.

Iban muy a menudo al 291 de la Quinta Avenida, la galería del fotógrafo Alfred Stieglitz, alma máter de la revista Camera Work (1902- 1917) y fundador del grupo Photo-Secession cuyo objetivo era que la fotografía fuera reconocida "como un medio distintivo de expresión individual". En 1905, Stieglitz fundó Little Galleries of the Photo-Secession, más conocida como Galería 291 por su ubicación en la Quinta Avenida. La importancia de este lugar fue crucial para el desarrollo del arte vanguardista, ya que era la única galería en la que se exponían obras de artistas europeos como Henri Matisse o Pablo Picasso, y norteamericanos, como Arthur Dove.

Allí Duchamp y Picabia conocieron a un joven artista, Emmanuel Radnitzsky, más conocido como Man Ray. Los tres artistas entablaron entonces una amistad sincera y duradera que además fue fructífera en términos artísticos, porque los tres -Duchamp, Picabia y Man Ray- formaron el triunvirato dadaísta en Nueva York.

Man Ray nació en 1890 en Filadelfia; su familia se trasladó a Brooklyn cuando él tenia siete años. Su verdadero nombre era Emmanuel Radnitzsky y era descendiente de inmigrantes rusos judíos. El apellido lo cambiaron por Ray en 1912 a causa de los sentimientos antisemitas que había en los Estados Unidos. El nombre Man Ray lo acuñó el artista utilizando el diminutivo del apodo "Manny", como lo llamaban en su familia.

En 1913 se instaló en New Jersey, en una comunidad de artistas, y contrajo matrimonio con la poetisa belga Dona Lacroix, de quien se separaría pocos años después.

Fue en el año 1915 cuando realizó su primera exposición individual y en ese mismo año nació su gran amistad con Marcel Duchamp. La camaradería con su contemporáneo francés fue clave para el desarrollo de su carrera y para la definición de su trayectoria artística, que desde 1913 estaba encaminada hacia la modernidad tras visitar el Armory Show. Ahí fue donde vio por primera vez la obra de Duchamp Desnudo bajando una escalera, y cuando su modernidad latente dio el giro que le permitió la proyección y el desarrollo renacentista que impregnó toda su obra.

Desde ese momento, todo se sucedió vertiginosamente. Compró su primera cámara fotográfica, se instaló en Manhattan y sorprendió con técnicas revolucionarias. Es cuando, además, comenzó a modificar el concepto de la pintura que había practicado hasta entonces para indagar en nuevas vías de expresión. Y es, a partir de esa época de fructíferas innovaciones, cuando podemos preguntarnos ¿cuántos Man Ray existen?

Desde un punto de vista cronológico, en primera instancia está el Man Ray pintor que se caracteriza por un cierto "clasicismo" tanto en la temática como en el soporte elegido; creaba óleos de paisajes o bodegones incluso retratos que el mismo calificaba de estilo "romántico- expresionista-cubista". En ese entonces vivía en Ridgefield, en una comunidad de artistas, y sus obras empezaban a sentir el influjo del cubismo que había estado en boga años antes. Su espíritu inconformista lo llevó a indagar en todo lo que tenía a su alrededor para encontrar nuevas vías de expresión. A partir de ese momento empezó a crear collages abstractos y pintó "aerografías" que realizaba con una pistola aérea; los lienzos los inundó con formas geométricas sin lógica, creando motivos abstractos e imaginarios.

Su instinto lo llevó hasta el "objeto-cuadro", una nueva forma de expresión en la que desviaba a los objetos de su función habitual. Todas estas creaciones nos permiten hablar de un Man Ray protodadaísta antes de los años veinte. Igualmente funda junto a Katherine Dreier y Marcel Duchamp la Société Anonyme, Inc. que se ocupaba de promover conciertos, lecturas y publicaciones, aunque su principal actividad era la promoción de exposiciones de arte: en veinte años organizó un total de 80 muestras de arte moderno, incluyendo la International Exhibition of Modern Art en el año 1926, en el Brooklyn Museum.

En los años veinte tomó las riendas de su carrera y decidió instalarse en París donde, gracias a su carácter abierto y jovial, consiguió integrarse perfectamente en la vanguardia de la capital francesa.

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