miércoles, 18 de noviembre de 2015


LA FOTOGRAFIA COMO OBRA DE ARTE 

Actualmente la fotografía está considerada como un arte más, esto es, la cámara fotográfica al igual que el pincel y el lienzo se ha convertido en una herramienta imprescindible para que muchos artistas expresen sus emociones. Pero al igual que la mayoría del arte contemporáneo en la fotografía la idea que se vende es incluso más importante que la propia obra. Es decir, que la idea de la obra prevalece sobre sus aspectos formales.

Así, la fotografía artística más allá de su belleza nos hace cuestionarnos y plantearnos una serie de preguntas. Si no lo consigue sólo será una hermosa imagen más, que será relegada a ser únicamente observada y olvidada, como algunas de las imágenes que imperan en este mundo cuya democratización de la fotografía ha creado una sociedad acostumbrada a ver, pero no a fijarse en las imágenes que están a nuestro alrededor.

Por ejemplo, Miguel Oriola dice en su web

La fotografía es hoy el arte. Y como el arte, libre. El artista construye imágenes lentas que se oponen a la estética de la instantánea. […] La fotografía pasa a ser el soporte donde el autor expresa su discurso y no el objeto de adoración por sus gamas de grises y otros alardes técnicos o compositivos

Es decir, en la fotografía como todo arte el concepto y la coherencia del discurso toma una importancia relevante a la hora de realizar la fotografía, de crearla. Podríamos decir que está visión de la fotografía como arte viene heredada de la década de los 60 cuando los artistas parecían más preocupados por el concepto y la idea que en la propia materialización de la obra.

Por ejemplo, hay artistas que hacen uso de la fotografía para expresar sus emociones. Muchas de está fotografías a lo mejor no son muy brillantes ni estética ni técnicamente, pero tienen un concepto muy potente, tal es la fuerza en la idea que hay detrás del trabajo que consigue eclipsar las carencias estéticas de la imagen. Por otro lado nos encontramos imágenes realizadas por fotógrafos artísticos que son de tal belleza que se convierten en arte por si solas, por su hermosura y su perfecta realización a la hora de tomar la foto.Pero seamos realistas, una fotografía artística sólo será aquella que cumpla los dos requisitos, aquella que puede ser evaluada tanto por su realización como por el concepto que quiere transmitirnos.

La fotografía como instrumento de trabajo
John Baldes sari, el arte de la apropiación

Como podemos ver en el vídeo que abre el post, Baldes sari es el artista de la apropiación de imágenes, mezclando en sus trabajos fotografías propias con aquellas imágenes procedente de diversas fuentes, como las extraídas de los medios de comunicación.

Baldes sari consigue, mediante este collage de imágenes, dotar a las fotografías de un nuevo significado, en algún caso ayudado por los textos que inserta en sus obras, creando de esta manera, un metalenguaje dentro de la obra. Podríamos decir que nos propone a través de su trabajo una nueva forma de ver el mundo, un mundo complejo y fragmentado. 



Actualmente la fotografía está considerada como un arte más, esto es, la cámara fotográfica al igual que el pincel y el lienzo se ha convertido en una herramienta imprescindible para que muchos artistas expresen sus emociones. Pero al igual que la mayoría del arte contemporáneo en la fotografía la idea que se vende es incluso más importante que la propia obra. Es decir, que la idea de la obra prevalece sobre sus aspectos formales. 

Así, la fotografía artística más allá de su belleza nos hace cuestionarnos y plantearnos una serie de preguntas. Si no lo consigue sólo será una hermosa imagen más, que será relegada a ser únicamente observada y olvidada, como algunas de las imágenes que imperan en este mundo cuya democratización de la fotografía ha creado una sociedad acostumbrada a ver, pero no a fijarse en las imágenes que están a nuestro alrededor.

Por ejemplo, Miguel Oriola dice en su web

La fotografía es hoy el arte. Y como el arte, libre. El artista construye imágenes lentas que se oponen a la estética de la instantánea. […] La fotografía pasa a ser el soporte donde el autor expresa su discurso y no el objeto de adoración por sus gamas de grises y otros alardes técnicos o compositivos

Es decir, en la fotografía como todo arte el concepto y la coherencia del discurso toma una importancia relevante a la hora de realizar la fotografía, de crearla. Podríamos decir que está visión de la fotografía como arte viene heredada de la década de los 60 cuando los artistas parecían más preocupados por el concepto y la idea que en la propia materialización de la obra.

Por ejemplo, hay artistas que hacen uso de la fotografía para expresar sus emociones. Muchas de está fotografías a lo mejor no son muy brillantes ni estética ni técnicamente, pero tienen un concepto muy potente, tal es la fuerza en la idea que hay detrás del trabajo que consigue eclipsar las carencias estéticas de la imagen. Por otro lado nos encontramos imágenes realizadas por fotógrafos artísticos que son de tal belleza que se convierten en arte por si solas, por su hermosura y su perfecta realización a la hora de tomar la foto.Pero seamos realistas, una fotografía artística sólo será aquella que cumpla los dos requisitos, aquella que puede ser evaluada tanto por su realización como por el concepto que quiere transmitirnos. 
La fotografía como instrumento de trabajo 
John Baldes sari, el arte de la apropiación 
Como podemos ver en el vídeo que abre el post, Baldes sari es el artista de la apropiación de imágenes, mezclando en sus trabajos fotografías propias con aquellas imágenes procedente de diversas fuentes, como las extraídas de los medios de comunicación. 
Baldes sari consigue, mediante este collage de imágenes, dotar a las fotografías de un nuevo significado, en algún caso ayudado por los textos que inserta en sus obras, creando de esta manera, un metalenguaje dentro de la obra. Podríamos decir que nos propone a través de su trabajo una nueva forma de ver el mundo, un mundo complejo y fragmentado. 



EL RENACENTISTA DEL SIGLO XXMARISA OROPESA

 

ERA EL AÑO 1913. Francis Picabia viajaba desde París hasta Nueva York, ciudad que años más tarde sustituiría en su puesto de capital mundial del arte a la ciudad de la luz. Su viaje se debió a que el 17 de febrero se había inaugurado el "International Exhibition of Modern Art" -más conocido hoy en día como el "Armory Show"- que se clausuró el 15 de marzo. La gran exposición se celebraba en la Armería del 69 Regimiento de Nueva York y supuso un antes y un después para la historia del arte norteamericana.

Mientras el realismo inundaba las paredes de los museos de los Estados Unidos, el Armory Show supuso un punto de inflexión introduciendo nuevos estilos y dejando ver las últimas tendencias que ya dominaban el panorama artístico en el viejo continente. En esta exposición había más de mil seiscientas obras de artistas europeos; sin embargo, el único que acudió en persona fue Picabia. El artista franco cubano era para los americanos la clara representación de la vanguardia.

Una obra en especial, titulada Desnudo bajando una escalera, fue la protagonista del Armory Show, y el francés Marcel Duchamp era su autor. La obra fue criticada hasta la saciedad, tanto que el propio presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, se pronunció refiriéndose al arte moderno y sentenciando: "That's not art!". A pesar de que en los periódicos se burlaban de Duchamp y satirizaban el arte moderno, muchos neoyorquinos vieron que esa gran exposición de 1913 era mucho más que una feria de arte con las últimas tendencias europeas. De este modo, el Armory Show de 1913 fue el revulsivo necesario para romper las reglas hasta entonces establecidas con conceptos estéticos que se habían quedado anticuados y obsoletos.

Marcel Duchamp, amigo inseparable de Picabia, viajó dos años más tarde a Nueva York precedido por el escándalo que había causado su obra.

Los dos, Picabia y Duchamp, encontraron en la ciudad de los rascacielos un mundo nuevo lleno de posibilidades donde desarrollar todas sus inquietudes artísticas.

Iban muy a menudo al 291 de la Quinta Avenida, la galería del fotógrafo Alfred Stieglitz, alma máter de la revista Camera Work (1902- 1917) y fundador del grupo Photo-Secession cuyo objetivo era que la fotografía fuera reconocida "como un medio distintivo de expresión individual". En 1905, Stieglitz fundó Little Galleries of the Photo-Secession, más conocida como Galería 291 por su ubicación en la Quinta Avenida. La importancia de este lugar fue crucial para el desarrollo del arte vanguardista, ya que era la única galería en la que se exponían obras de artistas europeos como Henri Matisse o Pablo Picasso, y norteamericanos, como Arthur Dove.

Allí Duchamp y Picabia conocieron a un joven artista, Emmanuel Radnitzsky, más conocido como Man Ray. Los tres artistas entablaron entonces una amistad sincera y duradera que además fue fructífera en términos artísticos, porque los tres -Duchamp, Picabia y Man Ray- formaron el triunvirato dadaísta en Nueva York.

Man Ray nació en 1890 en Filadelfia; su familia se trasladó a Brooklyn cuando él tenia siete años. Su verdadero nombre era Emmanuel Radnitzsky y era descendiente de inmigrantes rusos judíos. El apellido lo cambiaron por Ray en 1912 a causa de los sentimientos antisemitas que había en los Estados Unidos. El nombre Man Ray lo acuñó el artista utilizando el diminutivo del apodo "Manny", como lo llamaban en su familia.

En 1913 se instaló en New Jersey, en una comunidad de artistas, y contrajo matrimonio con la poetisa belga Dona Lacroix, de quien se separaría pocos años después.

Fue en el año 1915 cuando realizó su primera exposición individual y en ese mismo año nació su gran amistad con Marcel Duchamp. La camaradería con su contemporáneo francés fue clave para el desarrollo de su carrera y para la definición de su trayectoria artística, que desde 1913 estaba encaminada hacia la modernidad tras visitar el Armory Show. Ahí fue donde vio por primera vez la obra de Duchamp Desnudo bajando una escalera, y cuando su modernidad latente dio el giro que le permitió la proyección y el desarrollo renacentista que impregnó toda su obra.

Desde ese momento, todo se sucedió vertiginosamente. Compró su primera cámara fotográfica, se instaló en Manhattan y sorprendió con técnicas revolucionarias. Es cuando, además, comenzó a modificar el concepto de la pintura que había practicado hasta entonces para indagar en nuevas vías de expresión. Y es, a partir de esa época de fructíferas innovaciones, cuando podemos preguntarnos ¿cuántos Man Ray existen?

Desde un punto de vista cronológico, en primera instancia está el Man Ray pintor que se caracteriza por un cierto "clasicismo" tanto en la temática como en el soporte elegido; creaba óleos de paisajes o bodegones incluso retratos que el mismo calificaba de estilo "romántico- expresionista-cubista". En ese entonces vivía en Ridgefield, en una comunidad de artistas, y sus obras empezaban a sentir el influjo del cubismo que había estado en boga años antes. Su espíritu inconformista lo llevó a indagar en todo lo que tenía a su alrededor para encontrar nuevas vías de expresión. A partir de ese momento empezó a crear collages abstractos y pintó "aerografías" que realizaba con una pistola aérea; los lienzos los inundó con formas geométricas sin lógica, creando motivos abstractos e imaginarios.

Su instinto lo llevó hasta el "objeto-cuadro", una nueva forma de expresión en la que desviaba a los objetos de su función habitual. Todas estas creaciones nos permiten hablar de un Man Ray protodadaísta antes de los años veinte. Igualmente funda junto a Katherine Dreier y Marcel Duchamp la Société Anonyme, Inc. que se ocupaba de promover conciertos, lecturas y publicaciones, aunque su principal actividad era la promoción de exposiciones de arte: en veinte años organizó un total de 80 muestras de arte moderno, incluyendo la International Exhibition of Modern Art en el año 1926, en el Brooklyn Museum.

En los años veinte tomó las riendas de su carrera y decidió instalarse en París donde, gracias a su carácter abierto y jovial, consiguió integrarse perfectamente en la vanguardia de la capital francesa.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Fotógrafos famosos

Steve Winter
Nació en Indiana en 1957. Tras graduarse en la Academia de Arte y la Universidad de San Francisco, Winter comenzó a trabajar como asistente del fotógrafo de National Geographic Michael Nichols.

En 1991 los editores de National Geographic decidieron darle una oportunidad enviándole a Guatemala para un reportaje sobre el quetzal. Desde entonces trabaja para la revista y se dedica a fotografiar fauna salvaje por todo el mundo, acompañado de un equipo de científicos.
Declan McCullagh
Es una personalidad sobresaliente dentro del ámbito del periodismo político ya que lleva más de 20 años dentro, como parte de grandes empresas especializadas en este rubro; sin embargo es  muy reconocido por el valor artístico de  su trabajo como fotógrafo. Su obra ha estado en importantes publicaciones como  The New York Times



Scott Stulberg

Scott tiene una página web de fotografía digna de ser vista. No es habitual criticar el diseño del sitio en concreto, pero diría que este es uno de los mejores ejemplos de lo que debería ser una buena galería de imágenes. El único problema es que esta web no está muy optimizada para los motores de búsqueda, con lo cual no es muy fácil de encontrar.

lunes, 2 de noviembre de 2015

La Fotografía


La fotografía es un arte, la cual empleamos para expresar sentimientos, emociones, pensamiento, etc. En cada foto siempre habrán dos personas: el fotógrafo y el espectador. 
La fotografía consiste en captar un momento único en el tiempo, y tenerlo de recuerdo.
Hoy en día ya se ha hecho muy común el fotografiar cual quier cosa, pero pocas/os saben el verdadero origen de la fotografía.
Esta historia empieza en el año 1839 con la divulgación del primer procedimiento fotográfico: el daguerrotipo.




Con el pasar de los años las cámaras  han ido evolucionando. Aquí tenemos la primera cámara oscura. Era una habitación cuya única fuente de luz, era un orificio muy pequeño en una de las paredes 



Estos primeros modelos de cámaras, consistían  en dos grandes cajas de madera que se deslizaban una dentro de la otra para poder enfocar.



Obviamente hoy en día ya contamos con cámaras mas modernas y de alta tecnología; las podemos encontrar de diferentes tamaños, formas, diseños, para el gusto de cada persona.

















Pero no olvidemos lo mas importante, cada imagen que capturamos con nuestras cámaras tienen una historia, la cual al observarla nos inspira un sentimiento. Son momentos únicos los cuales queremos recordar y que no se volverán a repetir.
Autora de las fotografías: Fuerza Logros